El segundo trimestre es uno de los más agradables y cómodos durante el periodo de gestación.
Principalmente por que se han dejado atrás las náuseas y otras molestias de tipo estomacal. Por lo que se podrá llevar una vida más normal y sentirse con más energía.
Por el contrario, el volumen de la tripa aumenta considerablemente. Puede resultar incómodo lidiar con este aumento de peso. A la hora de caminar, tumbarte para descansar o hacer las tareas básicas.
Te contamos que cambios se pueden experimentar respecto al primer trimestre del embarazo…
Cambios en el desarrollo del bebé: Segundo trimestre de embarazo
El segundo trimestre de embarazo comienza en la semana número 13 y acaba en la semana 27.
¡Es una etapa muy emocionante, ya que por fin conoceremos el sexo del bebé!
Será durante estos meses donde se marque un claro punto de inflexión con respecto al primero trimestre. En él, tanto la madre como el feto volverán a sentir cambios significativos durante el proceso de desarrollo.
Esta etapa marca el inicio de la formación de órganos del bebé. Un aumento de tripa y pecho de la madre, así como una mayor aportación de nutrientes que transporta el cordón umbilical.
Entre la semana 13 y la semana 17 del embarazo
Durante el periodo comprendido entre estas primeras semanas del segundo trimestre de embarazo el bebé comenzará a producir orina.
Además, los huesos que se han ido formando durante el primer trimestre irán endureciéndose, al igual que la piel también comienza a engrosarse.
Sin embargo, lo más notable durante estas semanas es que el feto comienza con el desarrollo de los órganos reproductores y aparece el patrón e inicio del cuero cabelludo.
También empezará a mover los ojos, erguir la cabeza y, en definitiva, a iniciar pequeños movimientos para activar su aparato locomotor.
Sin embargo, aún durante este periodo de las primeras semanas del segundo trimestre la embarazada no sentirá al bebé. Por lo general el bebé alcanzará unas medidas aproximadas de 120 milímetros y un peso que no superará los 120 gramos.
Entre la semana 19 y la semana 22 del embarazo
El feto comienza a terminar de desarrollar las orejas y empezará a oír. También empieza a funcionar el aparato digestivo y se forma una nueva capa de protección a la que se denomina unto sebáceo.
A partir de la semana 20 podremos conocer el sexo del bebé.
Esta recubre por completo al bebé para protegerlo de posibles abrasiones o agrietamientos debido a la exposición con el líquido amniótico.
Más tarde se crea el lanugo, una fina capa de pelo que mejora la protección de la piel junto con el unto sebáceo.
Además, se acaban de crear los órganos y aparato reproductor. Durante estas semanas el bebé alcanzará los 200 milímetros y pesará en torno a los 450 gramos.
Ente la semana 23 y la semana 27 del embarazo
En las últimas semanas del segundo trimestre de embarazo comienza la formación de lo que será la base de las huellas dactilares.
Pero lo que sin duda caracteriza a esta etapa es que el bebé podrá responder a sonidos que le sean familiares moviéndose con más brusquedad.
Aquí, la embarazada empieza a ser plenamente consciente de la vida que alberga en su interior. Del mismo modo, alrededor de las dos últimas semanas se terminan de formar los pulmones del feto.
En esta fase el bebé ya puede llegar a alcanzar los 23 cm de largo y pesar unos 800 gramos.
Cambios fisiológicos
Durante el segundo trimestre aumentan el tamaño de la tripa y del pecho de forma considerable en relación con el primer trimestre.
Es aquí cuando las mujeres empiezan a optar no sólo por comprar tallas más grandes, sino por utilizar ropa holgada para que no apriete ni la zona del abdomen, ni los pechos, que se vuelven mucho más sensibles.
La piel también sufrirá algunos cambios, sobre todo por el aumento de melanina. Este pigmento hará que aparezcan manchas oscuras en la piel. Además, conforme el bebé crece la piel se reseca y pueden aparecer picores.
Después de la semana 20 y por el aumento de nuestro volumen, pueden aparecer estrías. Aunque no todas las mujeres las sufran, si suele ser otro cambio en nuestro cuerpo.
Además, también es común que se hinchen otras zonas del cuerpo como los tobillos, las manos e incluso la cara. Durante este trimestre es normal retener más líquido, ya que es necesario para el crecimiento del bebé.
Síntomas propios del segundo trimestre de embarazo
A continuación, hemos recogido los síntomas más comunes durante esta etapa del embarazo. Aunque el listado engloba los casos más habituales dentro del segundo trimestre embarazo, aconsejamos que en caso de duda se acuda al médico.
Dolor en el ligamento redondo
Esta es una de las dolencias más comunes durante este trimestre.
Los dolores en las ingles o en el abdomen se producen al crecer el útero para albergar al bebé. En caso de que el dolor sea muy agudo e intenso es mejor acudir al médico para evitar posibles problemas.
Mareos
También es normal sentir mareos durante el segundo trimestre del embarazo.
Esto se debe a los cambios en la circulación que, generalmente, no consiguen llevar el riego sanguíneo de forma óptima la parte superior del cuerpo y cabeza de la embarazada.
Dolor en las piernas
Este síntoma es algo natural que sucede como resultado del crecimiento del bebé y su influencia en la circulación.
Las embarazadas sentirán pequeños calambres, sobre todo, durante las horas de sueño.
También debemos de acudir al médico si vemos que las piernas están demasiado hinchadas para evitar otros síntomas más graves como la trombosis venosa profunda.
Dolores de espalda, pelvis y caderas
Por culpa del peso es normal sentir molestias en la zona lumbar, en la pelvis o la cadera.
Además, las hormonas que se producen durante el embarazo hace que los ligamentos se relajen. Este síntoma es una respuesta natural del cuerpo, que ya empieza a preparase para el momento del parto.
Acidez estomacal e infección de orina
Debido al crecimiento del útero y la presión que ejerce sobre el estómago, suelen aparecer dolores estomacales y un aumento de la sensación de acidez.
Del mismo modo, las hormonas provocan que la sensación de necesidad de orinar se agrave. Y es posible la aparición no sólo de infección de orina, sino también de sangrado en la misma en ocasiones.
Infección de encías y debilidad dental
Tampoco es de extrañar que durante el segundo trimestre de embarazo sintamos que los dientes parecen menos resistentes o que se inflamen las encías.
Se recomienda visitar al dentista para realizar una inspección y mejorar nuestra salud bucodental.
Contracciones de Braxton Hicks
Por último, muchas embarazadas sufren de este síntoma también conocido como parto falso.
Estas son parte de un proceso natural que provocan contracciones prematuras para endurecer el útero y prepararlo para el parto.
Consejos y cuidados durante el segundo trimestre de embarazo
Después de conocer toda la información relativa a los síntomas, es importante crear una lista de cuidados y consejos útiles para paliarlos de forma natural.
Si existen dudas, siempre es mejor consultar a un profesional médico. Que nos dará toda la información sobre cómo mejorar nuestro estado físico y mental para asegurar el desarrollo óptimo del feto.
Cómo sentarse y tumbarse durante el embarazo
Como ya hemos comentado antes, es normal que la embarazada sienta mareos. Por ello, lo mejor es tumbarse de lado, no realizar movimientos bruscos. Y levantarse o sentarse despacio.
Del mismo modo, es muy importante proteger la zona lumbar, que es la que más sufre durante el periodo de embarazo.
Siempre que sea posible, debemos colocarnos un cojín en la zona y tener los pies en alto.
Para dormir, al igual que cuando nos encontremos con mareos, es recomendable tumbarse de lado y recoger las piernas para que la espalda descanse adecuadamente durante las horas de sueño.
Cómo cuidar nuestra alimentación durante el embarazo
Durante el embarazo debemos de mantener una alimentación equilibrada y ayudar al traspaso de nutrientes bebiendo una cantidad de agua mayor.
También existen alimentos a evitar durante este periodo como, los alimentos crudos o no procesados. Por ejemplo: quesos, carnes, embutidos, pescado e incluso huevos.
Se recomienda crear un menú semanal para asegurarnos de tener un aporte alimenticio adecuado. Un médico o nutricionista también podrá ayudarnos en esto.
Si además, caminamos al menos 30 minutos al día, ayudaremos a procesar los alimentos y a mantener nuestro metabolismo activo.